No todos somos iguales y nuestras necesidades personales hay que tenerlas en cuenta para que ese descanso sea total:
Las personas que sufren de circulación necesitan un colchón más flexible que se adapte mejor a la anatomía de su cuerpo.
No son pocos los que sufren por calor y las noches de insomnio son incontables debido a este motivo. El aire acondicionado toda la noche puesto, además de conllevar un susto en la factura de la luz, no es nada recomendable para nuestro aparato respiratorio. El colchón tiene mucho que ver en ésto. Escoge entonces un colchón hecho de muelles porque son más transpirables, al igual que un viscoelástico perforado. Este último garantiza frescor y hace desparecer los focos de calor en el colchón.
Para los que son propensos a las alergias no hay nada mejor que los colchones antibacterianos y antiácaros. Añade al mismo un buen protector de colchón con este mismo tratamiento.
La importancia de los materiales del colchón
Para elegir el mejor colchón para cada uno de nosotros es necesario conocer de qué materiales están hechos y, así, poder adaptarlos a nuestras necesidades:
Colchones de látex
Una de las grandes ventajas de este material es que se adapta a la anatomía. Si duermes acompañado y si cada uno tiene un lado de la cama, se adaptará a la forma al cuerpo de cada individuo.
Son bastante elásticos y los movimientos durante el sueño no son un problema pudiéndose adaptar a las posturas con esa flexibilidad y naturalidad que caracteriza a este material.
Viscoelásticos: es la tecnología más adaptada para las personas que duermen de lado o en posición fetal.
Si sufres problemas de articulaciones, musculares o eres propenso a las contracturas elegir este colchón te salvará de volver a sufrirlos y a tener una pronta recuperación.
Colchón de muelles
Es el más clásico, pero sigue estando en el mercado porque es la mejor opción para las personas que sufren de sudoración. Puedes encontrar muelles ensacados, bicónicos y Nbox.