La elección de la almohada
Para lograr un buen descanso es preciso que cabeza, cuello y columna vertebral estén alineadas: para eso sirve la almohada. Su objetivo es contribuir a una adecuada postura de la columna, de forma que se relajen los músculos y se pueda favorecer un buen descanso y una buena respiración.
Para lograr un buen descanso es preciso que cabeza, cuello y columna vertebral estén alineadas: para eso sirve la almohada. Su objetivo es contribuir a una adecuada postura de la columna, de forma que se relajen los músculos y se pueda favorecer un buen descanso y una buena respiración. No hace falta decir más para comprender la importancia de escoger bien la almohada, pero la almohada ideal no existe, para escogerla hay que tener en cuenta los hábitos de sueño y la complexión física de cada uno (en especial altura y corpulencia).
Por supuesto, también es fundamental elegir con acierto el colchón, teniendo en cuenta en la elección el peso, la postura del durmiente, la temperatura...
Cuál es el tamaño ideal de la almohada
La anchura de la almohada debería siempre superar la de tus hombros. En cambio, su altura o grosos varía según la postura del durmiente.
Una almohada baja (10 cm), es adecuada para quienes duermen boca abajo, y también para los niños pequeños, aunque en uno y otro caso quizá lo mejor sea dormir sin almohada.
Una almohada mediana (12-13 cm), es ideal para quien duerme sobre la espada. Debe ser más bajo que los hombros, y de una dureza mediana.
Una almohada medio-alta (15 cm). Es ideal para quien duerme de lado, para mantener la cabeza y el cuello bien alineados con el eje de la columna.
Un consejo para acertar: en la tienda, intenta probar la almohada, adoptando la postura en la que duermes habitualmente: comprueba que cabeza, cuello y columna se encuentran bien alineados.
Rellenos de almohadas ¿Cuál es el mejor?
Los más habituales son las almohadas de pluma, las almohadas de látex, las con relleno sintéticos o de espuma.
Pluma y plumón. Las plumas son de oca o de pato. Las almohadas con relleno de plumas son blandas, se deforman, pero vuelven rápidamente al punto de partida. No sujetan bien el cuello. Este tipo de almohada está más pensado para los que duermen boca abajo..., pero no es indicado para personas muy robustas, ni tampoco para quienes se mueven mucho mientras duermen. Tampoco es apto para persona alérgicas, ni para niños pequeños. El precio de una almohada de pluma va de 15 a 60 euros.