1. ESPUMA
Los colchones de espuma son ligeros, y pueden ser la opción más económica para una cama articulada. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las espumas son rígidas. Puede ocurrir que, al articular el colchón sin nadie acostado, el colchón no siga la articulación del somier. Si la persona está tumbada mientras se articula el colchón, esta hará de peso y el colchón se articulará perfectamente junto al somier. También debemos valorar que, con el paso del tiempo pueden aparecer malformaciones o pliegues.
2. MUELLES
Los colchones con núcleo de muelles solían ser desaconsejables para colocar en un somier articulado, ya que no son nada flexibles. Si colocamos un colchón con núcleo de muelles, lo único que conseguiríamos es aplastar los muelles unos con otros. Los muelles se deformarían y no tendríamos una base idónea para nuestro descanso. Sin embargo, la marca gallega Terxy, ha creado un colchón, el modelo UNDER, con micro muelles ensacados, pensado para las camas y somieres articulados.
3. LÁTEX
Es la mejor opción para colocar sobre una cama articulada, ya que el látex es un material muy flexible que se adapta perfectamente al movimiento del somier. En comparación con colchones de otros materiales suelen ser algo más caros, pero más duraderos.
4. VISCOELÁSTICA
La viscoelástica se adapta perfectamente a tu cuerpo, aportando gran sujeción a los puntos de apoyo y mejora la circulación sanguínea. Al igual que el látex, es un material articularle y flexible, acompaña a la articulación del somier y vuelve a su estado natural con gran facilidad cuando el somier está recto. Además, es un material duradero que no pierde sus cualidades a lo largo de los años.