Un topper es de una fina lamina de entre 5 y 10 cm de alto que se coloca sobre cualquier tipo de colchón, sin importar el material ni el tamaño que tenga, ya que cuenta con la misma amplitud de medidas que un colchón. 

Y ….. PARA QUÉ LO NECESITAS?

1.- Aumenta la densidad de tu colchón

¿Consideras que tu colchón es demasiado fino? ¿Quizás lo notas un poco duro? ¿O tal vez inestable? Un topper te aportará un extra de confort y de calidad, ya que aumentará la densidad del colchón en unos 5 o 10 cm y mejorará el soporte lumbar.

El mejor momento para comprar un topper es cuando queremos mejorar el colchón o éste ya está algo desgastado y buscamos alargar su vida útil.

2.- Protege tu colchón

Al usar un topper proteges la superficie del colchón sobre la que duermes, evitando el contacto directo. Así, el desgaste o la suciedad afectarán solo al topper y se convertirá en una medida protectora, sobre todo, si acabas de comprar el colchón y quieres protegerlo o si el colchón es antiguo y todavía no quieres comprarte uno nuevo.

3.- Aumenta la transpirabilidad

Normalmente, el topper potencia la transpirabilidad del colchón, tanto si está fabricado con materiales como la viscoelástica como si está hecho con tejidos naturales. Por eso es ideal si vives en una zona con un clima cálido o por la noche transpiras mucho.

4.- Es higiénico

Sin duda, una de las principales ventajas de los toppers es la higiene, pues protege de los ácaros y de la suciedad.

La mayoría tienen tratamientos antiácaros que evitan la aparición de bacterias y hongos. Además, se pueden poner y quitar muy fácilmente para lavarlos. Eso sí, recuerda que la limpieza debe ser en seco.

5.- Alarga la vida de tu colchón

Si unimos todas las ventajas anteriores (higiene, transpirabilidad, comodidad…), podemos concluir que el colchón durará mucho más tiempo conservando todas sus propiedades y haciendo que nuestro descanso sea óptimo durante muchos más años.

6.- Mejora tu salud incluso si duermes en pareja

Aportan un extra de adaptabilidad y confort, mejoran la circulación sanguínea, reducen la presión y dan más soporte con mayores puntos de apoyo garantizando la correcta posición del cuello y la espalda. En definitiva, hacen que la postura del cuerpo al dormir sea mejor, ofreciendo un sueño de calidad.